Pequeños caficultores chiapanecos perseveran durante la crisis de COVID-19
Por Phyllis (Felicia) Robinson, 7 de mayo de 2020 | Traducido del inglés por SPP Global
En esta nueva edición de nuestra serie Notas de Campo, nos enteramos de cómo el COVID-19 está impactando a los pequeños productores de café en el estado sureño de Chiapas, México. Vea otras conversaciones de esta serie
CESMACH fue fundada en 1994 por pequeños productores de café orgánico que viven en y alrededor de la zona de transición del bosque nuboso El Triunfo, una reserva de la biosfera protegida por la UNESCO, situada en el suroeste de Chiapas (México). Después de vender por años su café a intermediarios locales a bajo precio, un grupo de productores con mentalidad ecológica decidió organizarse en una cooperativa para encontrar soluciones a los problemas que enfrentaban: los precios bajos, la falta de asistencia técnica, la financiación, el acceso a los mercados, además del control sobre su producto y su negocio. Hoy en día, la cooperativa ha crecido a poco más de 600 agricultores que venden café orgánico de alta calidad tanto a nivel nacional como internacional.
Una de las innovaciones de CESMACH ha sido desarrollar un robusto mercado interno para su café. Tuestan, empacan y venden su café a cafeterías, restaurantes y hoteles de todo México, y ya abrieron su propia cafetería en Tuxtla Gutiérrez. Esto ha permitido a los productores compartir el café orgánico, cultivado localmente, con los residentes, los trabajadores del gobierno, los visitantes y los hombres de negocios de la capital del estado, al tiempo que diversifican las fuentes de ingresos de la cooperativa.
El 21 de abril, y después el 7 de mayo, hablé con Silvia Roblero Torres, gerente de ventas de CESMACH (Café Ecológico de la Sierra Madre de Chiapas), para ver cómo estaba la cooperativa y cómo les estaba yendo a sus miembros. Los siguientes son extractos de nuestras conversaciones.
El COVID-19 genera miedo, incertidumbre
Las principales ciudades de Chiapas han sido duramente golpeadas. México ha entrado ahora en la Fase Tres [la fase más grave] y la situación está empeorando. Tuxtla Gutiérrez (la capital del estado de Chiapas) y San Cristóbal han sido etiquetadas en rojo porque hay muchos casos y la situación está empeorando. Afortunadamente, hasta el momento no se han reportado casos positivos en Jaltenango (donde se encuentran la oficina, la planta procesadora y el laboratorio de catación de CESMACH), ni en las comunidades donde viven los productores. Sin embargo, en los municipios vecinos se han empezado a ver algunos casos, por lo que su nivel ha pasado de verde a amarillo. Aquí esperamos llegar a nuestro pico en julio o agosto.
Al principio, hubo un pánico tremendo. Nadie estaba enfermo todavía. Pero la mayoría de la gente ve las noticias de la televisión y las noticias eran muy alarmistas. Eso causó un pánico generalizado, y todos intentaban comprar como locos y abastecerse por miedo a que no hubiera comida o suministros.
Los productores viven en cinco municipios. Hasta la fecha, tres de ellos no han tenido ningún caso de Covid-19. Pero estamos muy preocupados, porque en las zonas rurales tenemos un médico por cada 2000 personas. No tenemos clínicas de salud. El único hospital capaz de tratar los casos de COVID está en Tuxtla, así que si tenemos casos aquí estaremos en graves problemas.
Las restricciones están en vigor en esos tres municipios hasta el 17 de mayo, y en los otros dos hasta el primero de junio.
La cooperativa de productores es una fuente fiable de información
Los productores estaban cosechando el café cuando las noticias del virus comenzaron a circular. Muchos querían vender su café lo más rápido posible a quien estuviera dispuesto a comprarlo, para poder obtener dinero y comprar comida. Eran los agricultores individuales, que no estaban organizados de ninguna manera. Los productores que forman parte de las cooperativas también están muy preocupados – hay mucha información falsa por ahí- pero por lo menos saben que la cooperativa los está cuidando. Gran parte de nuestro papel, especialmente ahora, ha sido proporcionar a los productores información fiable. Hasta ahora, los miembros de las cooperativas han seguido vendiendo su café.
Lo más importante es que la gente esté sana. Ninguno de los miembros está enfermo. En ese sentido, todos estamos bien. Las cosas no están realmente tan diferentes de lo habitual.
Se podría decir que la pandemia en sí no ha llegado aún a Jaltenango. Estamos tratando de averiguar cómo manejar nuestro negocio durante este tiempo y prepararnos para cuando llegue. Es todo muy complicado, pero nos las estamos arreglando.
Construir la soberanía alimentaria en casa
En el pasado, cuando tuvimos huracanes y otros desastres naturales, respondimos organizando grupos de ayuda mutua. Luego los productores menos afectados se unieron y llevaron suministros a los que estaban en peores condiciones. Esta vez, es muy diferente: en lugar de unirnos, ayudamos mejor manteniendo nuestra distancia.
Sin embargo, una cosa que está ayudando es que CESMACH ha trabajado con otras organizaciones para iniciar proyectos de seguridad alimentaria a nivel de los hogares [más información sobre este proyecto conjunto entre la Universidad de Vermont, la Red de Agroecología Comunitaria y Grow Ahead]. Las familias planificaron el tipo de proyecto que deseaban – cría de animales, huertos, árboles frutales, apicultura, etc. – y luego se capacitaron. Ahora se encuentran en la tercera etapa: la implementación. Afortunadamente, todo esto está sucediendo en las comunidades y ayudará a proporcionarles fuentes adicionales de alimentos y nutrición, sin necesidad de salir de sus cooperativas.
La cosecha de café necesita muchas manos
Afortunadamente, la mayoría de los productores ya han cosechado su café, de lo contrario estaríamos en serios problemas. En este momento, nos centramos en el proceso de recolección: las cosas se mueven lentamente, pero lo estamos resolviendo. Los agricultores están dejando que su café se seque en sus explotaciones (en lugar de llevarlo a la planta de procesamiento). Luego, cuando traen su cosecha, lo hacen de acuerdo con un estricto plan que hemos establecido para que sólo venga uno a la vez. La entrada principal del almacén está cerrada y hay un horario fijado con estrictas directrices para garantizar la seguridad.
El mayor problema para los productores será en junio, porque es cuando necesitan ayuda extra para trabajar en las explotaciones. Es vital que cuando la cosecha termine, los productores se aseguren de que todo el café esté fuera de los árboles (y del suelo) para no atraer insectos que puedan dañar las futuras cosechas. También hay que hacer mucho mantenimiento para mantener los cafetos y el suelo en buenas condiciones. Este es un trabajo muy intenso de mano de obra y los productores necesitan ayuda extra para hacerlo a tiempo. Debido al distanciamiento social, no podrán obtener esa ayuda.
El distanciamiento social frena la migración de los trabajadores agrícolas
Nuestros productores dependen del trabajo estacional, porque el trabajo debe hacerse rápidamente o las explotaciones lo resentirán. En esta zona, estamos cerca de la frontera guatemalteca, y los agricultores de aquí pagan salarios más altos que en Guatemala, por lo que a menudo dependemos de los migrantes para ayudar en las explotaciones familiares. Este año no se permitirá a nadie cruzar la frontera y hay policías y puestos de control en todas partes para asegurar que nadie salga de sus comunidades. Por lo tanto, los productores están preocupados por esos meses posteriores a la cosecha, y ya están anticipando la próxima cosecha de café y la ayuda adicional que necesitarán en ese momento.
Tendremos que pedir a los gobiernos nacionales y estatales que permitan a los trabajadores venir a hacer las «labores culturales[1]» (poda, deshierbe, etc.) en las explotaciones, pero mientras tanto, el trabajo tendrá que hacerse contratando ayuda extra dentro de nuestras comunidades.
[1] En español en el original. N. de. T
La cooperativa de comercio justo se adapta a los cambios grandes y pequeños
Nuestra gran preocupación por la cooperativa, como negocio, vendrá en julio, cuando empezamos a empacar el café para la exportación. No estamos exactamente seguros de cómo lo haremos con las restricciones que hay. Es complicado, pero estamos averiguando cómo hacerlo.
Otra cuestión es el aumento de los costos. Por ejemplo, normalmente cuando enviamos nuestro café en camiones al puerto de Veracruz, los camiones regresan llenos de carga que traen de los barcos contenedores que llegan. Pero ahora, Tuxtla está vacío y no entra mucho, así que los camiones regresan vacíos. Esto significa que necesitan cobrarnos más por sus costos.
Nuestro gerente de la cooperativa y otros empleados practican el distanciamiento social en la oficina. Sólo tenemos un catador, cuyo trabajo es probar el café antes de venderlo. Así que nuestro laboratorio de control de calidad está bien, es capaz de aislarse en la oficina. Es de Oaxaca y (debido a las restricciones de viaje) no puede ir a casa con su familia de todos modos, así que está aquí hasta que las restricciones disminuyan. Originalmente, el gobierno dijo que las restricciones estarían en vigor hasta finales de abril, pero acaban de extender todo hasta finales de mayo.
La venta local de café en línea es otra estrategia
Las cosas se mueven lentamente, pero hasta ahora no ha sido una crisis tan grande para nosotros. Por supuesto, este año habíamos planeado vender el 20% de nuestra producción a restaurantes, cafés y hoteles aquí en México. Pero esto ya no será posible ya que nuestras ventas de café a las cafeterías han bajado un 70% y a los supermercados un 60%. Tuvimos que cerrar nuestra cafetería en Tuxtla Gutiérrez, ya que es la ciudad de Chiapas con el brote más grave de coronavirus. Así que las únicas ventas que podemos hacer en México son las ventas de café envasado a través de pequeños distribuidores. Afortunadamente, acabamos de lanzar un programa de venta de café en línea hace unos meses, y hemos visto un aumento en las ventas por internet. Eso es probablemente todo lo que podremos hacer hasta que se levanten las restricciones.
Estamos haciendo lo que podemos. Por favor, sepan que seguimos trabajando. Nos estamos comunicando con nuestros miembros a través de WhatsApp y por teléfono para que dispongan de información fiable sobre cómo mantener la seguridad y cómo modificaremos nuestras prácticas de negocio. Seguiremos produciendo y enviando nuestro café, porque sabemos que muchas personas necesitan esta bebida.
El café de CESMACH, junto con el de muchas otras organizaciones de pequeños productores, está disponible en muchas de las tostadoras que figuran en nuestra página de Marcas de Misión. Mientras que la demanda en los supermercados aumenta, muchas empresas cafeteras están viendo caer la demanda a medida que las cafeterías y las universidades cierran; ahora es un gran momento para apoyar a su tostador local de comercio justo.